fotografiando (libre)

Luego de caminar durante unos 10 minutos aproximadamente llegué al parque, caminé durante un rato mirando los árboles, el cielo, la gente pasar. interesante, pensé.
De mi bolso saqué mi cámara y me la colgué al cuello, quizá aparece algo interesante para fotografiar, pensé.
Seguí caminando hasta llegar a una banqueta, decidí sentarme allí y ver a la gente pasar.
Recién había llegado y sentarme allí a ver a la gente me daría una idea de más o menos como suelen ser por aquí no?
Me preguntaba que estarían haciendo mis amigos en casa, oh espera, ahora ESTE lugar es mi casa.

El sábado tenía una fiesta y parecía ser la oportunidad perfecta para despejarme luego de toda la semana de clases, sólo que al llegar el viernes; un pequeño detalle cruzó por mi cabeza: ¡No tenía nada qué ponerme! Suspiré al cerrar las puertas de mi armario y sin más decidí que era hora de ir de compras al centro de la ciudad. Tal vez encontrara, con suerte, un lindo atuendo que lucir en una de las tantas tiendas con las que contaba Seattle, que no hacía falta aclarar, ya me las conocía como la palma de mi mano, pero aún así me entretenía visitar sus vidrieras y hacer alguna que otra compra de regreso a casa.

Luego de echar un vistazo a más o menos cinco o seis tiendas, finalmente di con el atuendo perfecto: un sencillo vestido que combinaría a la perfección con los zapatos negros que guardaba en mi armario, mis favoritos. Contenta por la compra efectuada, tomé la bolsa que la vendedora de la tienda me extendía y luego de pagar emprendí el regreso a casa, tal vez Cooper ya habría llegado de la facultad y tendría tiempo para sorprenderlo con algo de cenar, aunque mis intentos en la cocina eran unos más desastrosos que el otro, lo más seguro era que termináramos pidiendo una pizza., Reí para mis adentros ante aquel pensamiento y comencé a cruzar el parque en dirección contraria, esquivando a los niños que a esa hora jugaban allí, acompañados de sus madres, y a las jóvenes que iban para ejercitarse también.

A lo lejos, logré divisar a una joven, no recordaba su nombre, pero sabía que era nueva en el Instituto; tal como lo había sido ella años atrás. Decidiendo que podía atrasar mi regreso por un par de minutos, me encaminé hacia ella, dedicándole una sonrisa y pensando en la mejor manera para encarar conversación; pues lo más importante era que se sintiera cómoda.

Sobre mi cabeza había colocado mis Ray-Ban Wayfarer negras, las cuales mi mejor amiga me había regalado hacia dos cumpleaños atrás, suspiré, no había podido hablar con ella por todo esto de la mudanza, ya tendría la oportunidad de comunicarme y contarle, TODO lo que he pasado, lo cual no ha sido mucho. En ese momento vi pasar a un montón de niños en pequeñas bicicletas, sus caras de emoción y rivalidad era increíbles, los fotografíe. Atrás de ellos pude ver que venían sus madres riendo y conversando de pronto una de ellas, una mujer muy joven y no muy alta volteo y gritó que tuviesen cuidado.

Miré hacia el cielo y coloqué la cámara sobre mis rodillas. Me giré y vi que una muchacha me sonreía y caminaba hacia mí, al parecer estaba o había estado de compras, hacía cuánto que no salía de compras? bueno desde que llegué aquí no? Cuando estaba aún en Francia me gusta salir de compras con Michelle y Julié, lo mío era lo casual pero ellas siempre solían ser elegantes y alta costura, siempre decían que debía comprar cosas como eso pero no, eso no era lo mío. La había visto en el instituto unas veces. Sonreí de vuelta, amablemente.

Se quitó sus gafas de sol, porque con lo despistada que era se creía perfectamente capaz de chocar con una de las niñas que en ese preciso momento se encaminaban hacia su dirección en sus pequeñas bicicletas. Las observó también por un instante, tan concentradas en su pequeño labor de jugar aquella carrera con sus amigas, que ni prestaban atención a lo que tenían enfrente, y eran las personas quiénes debían andar esquivándolas. Tal vez por ese mismo motivo, una de las madres que caminaba detrás les advirtió que tengan más cuidado. Aliannah sólo les dedicó una sonrisa, y luego de dejarlas pasar siguió con su pequeño trayecto hasta la banca en dónde había divisado a su nueva compañera.

Finalmente, llegó hasta dónde se encontraba la joven, observando por un instante la cámara fotográfica que poseía. 'Hola, ¿puedo sentarme?' pronunció de manera amable, tal vez la chica la recordara del Instituto, tal vez no; no lo sabía en realidad, pero si había algo que le encantaba a la castaña, eso era conocer gente nueva, y más de otros países y culturas, pues si mal no tenía entendido, la joven había sido trasladada de Francia, por lo que, al igual que ella, no pertenecía a América, ya que Alih había llegado a Seattle proveniente de Londres, hacía ya más de dos años.

Miré como la muchacha caminaba hacia mí, conocer nuevas personas aquello me es muy interesante. Aunque no todas las personas suelen caerme bien, me gusta conocerlas ya sabes, personalidades diferentes, gestos y actitudes que son propias de cada ser humano, siempre he dicho que las personas son diferentes pueden tener similitudes pero nunca serán iguales, ni las mejores amigas piensan igual, sino por qué discuten en ocasiones? y eso lo sabía perfectamente ya que había discutido muchas veces con Julié.

Vi que la muchacha caminaba como si el suelo que tocase fuera un campo minado, bueno era algo parecido, si no caminaba de esa forma podía ser atropellada por un minibicicleta de un niño de aproximadamente 5 años, ya entendía porque una de las madres había gritado que debían tener cuidado.

Cuando ya estuvo cerca me preguntó si podía sentarse, alcé la vista para mirarla y sonreír amablemente.

-Seguro- Contesté corriéndome un poco para dejarle espacio, venía con bolsas, wow! se veía que le gustaba ir de compras. - De compras, eh? Dije mirando las bolsas para después mirarla a ella.

Correspondió aquella sonrisa amable y, luego de dejar las bolsas a un lado del banco de plaza en el que la joven estaba sentada; tomó asiento junto a ella, cruzando sus piernas mientras observaba una vez más a los niños que iban y venían a su alrededor, algunos corriendo, jugando pequeñas carreras, otros riendo con sus bicicletas, y cada uno de ellos siendo observados detenidamente por sus madres, algunas charlando animádamente entre ellas, a la vez pendientes de cada uno de los movimientos de los pequeños niños. Aquella escena la hizo recordar, de repente, a su propia infancia; y a su propia madre, que si bien no estaba mucho en casa por su gran puesto de trabajo y todas las obligaciones que ser una importante jueza conllevaba, siempre se había preocupado por ella y por su hermano, e intentaba, siempre que podía, pasar tiempo con sus dos hijos. En aquel momento, hasta la extrañaba, si bien no solía detenerse a pensar en ella, sabía que la extrañaba también, pues en un primer momento, cuando Alih había comunicado que se iría a vivir con su hermano Cooper a Seattle, había puesto, literalmente 'el grito en el cielo', al imaginarse a su única hija, tan chica en ese entonces, lejos de casa.

Sin embargo, así como se opusieron en un comienzo, con la misma determinación terminaron cediendo, sabiendo que aquel gran paso significaría mucho para la familia, y los haría crecer y demás. Sacudió ligeramente su cabeza, alejando aquellos pensamientos de su mente para centrarse en la joven ahora sentada a su lado; cuyas palabras la hicieron sonreír una vez más. 'Compras de último momento' pronunció con aire divertido, desviando por un instante su vista a las bolsas, y luego nuevamente a la joven. 'Necesitaba un vestido para una fiesta que tengo mañana' le contó, preguntándose si a ella le agradaría asistir a las fiestas que los jóvenes de la ciudad organizaban, pues de seguro sería divertido llevarla a una que otra, para que conozca más gente. '¿Y cómo te trata la ciudad?' le preguntó en referencia a su reciente llegada, luego de un pequeño silencio producido entre ambas, a la vez que le dedicaba una amable sonrisa.

Observé que la joven recién llegada se quedaba mirando curiosamente hacia los niños, le haría recordar aquello algo? bueno, niños son niños y siempre te harán recordar tu infancia, triste o mala lo harán, si ves a un niño llorando porque su madre lo ha reprendido recordarás cuando tu madre hacia lo mismo contigo pero claro está que no todos los padres reprenden a sus hijos de igual forma. Mi madre y mi padre son unos padres muy cariñosos y hasta en algunos casos sobreprotectores pero bueno, son padres.

Escuché lo que dijo y sonreí, sabía a lo que se refería, cuántas veces no había hecho lo mismo? Pero bueno usualmente Julié me salvaba, dios esa chica tenía un centro comercial por armario al cual le debo mucho. - Fiesta? interesante - comenté, fiesta eh?, me preguntaba como serían las fiestas por aquí? - Bien, hasta el momento ha estado todo muy bien- Asentí, cogí mi cámara y fotografíe a un perro que estaba sentado de una forma muy graciosa - Qué lugares me podrías recomendar? Hasta el momento no he ido a muchos y la verdad no soy muy buena con los mapas y eso - Pregunté aún mirando por el lente de la cámara.

Asintió con su cabeza al escuchar las primeras palabras, 'Así es, ¿te agrada asistir a las fiestas y esas cosas? Porque si quieres puedes acompañarme, será una buena oportunidad para que conozcas a más personas..' comentó por su parte, pues había personas a las que no le agradaba demasiado la idea de asistir a las fiestas, su hermano Cooper era un fiel ejemplo, aunque más de una vez era ella quién lo arrastraba hasta la diversión, para que se despeje un rato y disfrute de las grandes fiestas que en Seattle solían organizarse.

'Hay de todo por aquí, la verdad es que es imposible aburrirse' dijo luego, ante su mención a los lugares de la ciudad, a la vez que observaba al perro que la joven fotografiaba, sentado tranquilamente a la luz del sol, en el césped de la plaza. '¿Has visitado el Museo de Arte?' le preguntó, al ver que le gustaba la fotografía.

Bajo su cámara al escuchar que la muchacha preguntaba si le gustaban las fiestas y sonrió - Por supuesto que sí, a quién no? - Las personas que conocía a todas les gustaba el contacto social, fiestas y cosas que tuviesen que ver con la sociedad, La miré curiosa al escuchar su propuesta de acompañarla a la fiesta, me detuve por un momento a pensar - ¿Por qué no?- Contesté alzando los hombros.

-No, aún no he ido, pero tengo que ir desde luego- Contesté amablemente, sonreí, trataba de ser cortes, era la primera persona que conocía aquí y había sido muy amable en invitarme a la fiesta y no quería ofenderla con mi comportamiento. cierto, la fiesta, ¡¿qué me pondré?!
-¿Y Dónde es la fiesta?- Pregunté mientras guardaba mi cámara en mi bolso.

¿A quién no?. Típicas palabras que perfectamente podría haber contestado ella misma, si alguien que no la conocía le preguntaba sobre su afición de asistir a las fiestas y demás eventos sociales, en resumen, de cualquier oportunidad para divertirse. Al parecer la joven pensaba de igual manera, y al escuchar que aceptaba acompañarla a la fiesta le dedicó una amable sonrisa.

'Es en casa de una amiga, Maggie, la conoces?' le contestó a su última pregunta, sobre el lugar dónde sería la fiesta al día siguiente. Tal vez recordara su nombre del Instituto, ya que, al igual que ellas, Maggie asistía a clases y compartían más de una; en su caso, desde hacía más de dos años que eran compañeras y pronto sus personalidades tan similares habían congeniado de tal manera que ahora compartían una muy buena amistad.

Escuché atentamente que contestaba la pregunta que le hacia, Maggie?, traté de hacer memoria de las personas que había conocido, si, creo que sí, creo que la había visto unas cuantas veces, pero no había hablado con ella. Había muchas personas que había visto pero con las cuales no había hablado.

-Si, la he visto un par de veces- Contesté aún un poco dudosa, [i]Bien, entonces aquello era muy lejos? - Cómo haríamos? me refiero, dónde nos encontramos?- Pregunté para luego hacer un recuento de la ropa que podría ponerme, al final, nadie me ha visto nada no? Si Julié me escuchara me miraría de tal manera como si pretendiese mandarme a un manicomio por aquel comentario.

'Podemos encontrarnos aquí, o puedes venir para mi casa, como quieras' contestó tranquilamente, pues aquello no lo había pensado; claro, la joven no conocía la dirección de la casa de Maggie, por lo que tendrían que ir juntas. Sin dudas, aquella fiesta sería de lo más divertida, pues siempre que se organizaban las grandes fiestas en Seattle terminaban siendo etretenidas y el aburrimiento simplemente no tenía ni pizca de lugar. Se preguntaba quiénes de sus amigos también se dirigirian allí, pues no había hablado con varios durante días.

'¿Y por qué te has mudado a Seattle?' le preguntó a la joven luego de un pequeño silencio, si es que quería decírselo, claro. Quería sacar algún tema de conversación y aquella pregunta parecía una buena oportunidad para hacerlo. Mientras esperaba su respuesta, se entretuvo mirando al sol casi esconderse, pues el atardecer ya estaba próximo, y las sombras de los árboles en el parque ya comenzaban a alargarse.

-Si, aquí estaría bien- Contesté, el parque me quedaba muy cerca y ya sabía como llegar hasta aquí y así no tendría opción a perderme, No deseaba extraviarme en mi primera semana en esta ciudad. Escuché su pregunta y fruncí el ceño levemente, aquello me hacía recordar que estaba aquí y no en francia, y todo porque a mi padre se le había ocurrido volver a su tierra.

Suspiré - Mi padre, él... quiso volver a su "tierra"- Con los dedos hice las comillas, amaba a mi padre pero esto fue algo que me hizo sentir muy molesta con él, me había obligado a dejar mi vida para comenzar una nueva en un lugar totalmente distinto al mío, porque Francia, mis amigos y todo lo relacionado era mi mundo. - Y tú eres de aquí- Pregunté amablemente, esperaba no haber sido desagradable.