Make me bleed [Libre]

Vera sintió una punzada de dolor lacerante expandirse por su mejilla derecha. Se mordió el labio inferior para no quejarse y siguió apretando contra el pómulo el pedazo de tela que le había dado una amiga para parar la hemorragia. Pensaba que con el tiempo el dolor se iría yendo, pero en realidad no hacía más que empeorar.

O quizás es que se trataba de otro tipo de dolor distinto del físico.

Psicólogico.

A fin de cuentas, algún daño tiene que hacer el hecho de saber que quien te ha golpeado es tu propio novio.

No tenía sentido ni siquiera tratar de recordarlo y buscarle una explicación. Estaba ebrio y la música ahí dentro, en el club, era arrolladora. Estaba ebrio y la oscuridad con destellos de luces le volvía un depredador al que no se le puede negar absolutamente nada, o de lo contrario, te aniquila. Vera le había negado sus labios cuando él los había aproximado a los de ella. Le había negado su cuerpo cuando le habría rodeado la cintura. Y le había hecho enfadar.

No era la primera vez que sucedía, pero de todos modos no pudo evitar quedarse sin aliento, incrédula, cuando vio volar el puñetazo de Kevin y lo sintió impactar profundamente en su mejilla. Nadie lo vio. Nadie excepto ella. Sollozando y odiándose por hacerlo, se deshizo finalmente de sus brazos y corrió a la salida del club. Una vez estuvo fuera, se sentó en el bordillo de la acerca con la cabeza entre las rodillas y las manos en los oídos para no oír nada. A su espalda, el edificio del club nocturno latía con vida propia.

El pedazo de tela cayó al suelo, puesto que ya no se sentía con fuerzas de seguir sujetándolo. Reveló piel magullada y un pequeño tajo con sangre, probablemente hecho por el impacto del anillo de plata de Kevin. Vera se rozó ese corte con la yema del índice y se miró su propia sangre.

Sintió asco de sí misma.