Kenneth R. Eastman

• Datos Generales •
Nombre: Kenneth Randall Eastman.
Apodos: Ker. Sólo le llaman así en la banda, ya que es su pseudónimo para no ser interceptado por la policía.
Fecha de nacimiento: 13 de Enero de 1988 (22 años).
Nivel socio-económico: Bajo.
Orientación sexual: Heterosexual flexible.
Ocupación/empleo: Miembro de una banda [Criminal].

• Descripciones •
Descripción física:

Kenneth posee una apariencia intimidante y sombría. Su rostro es rectangular, con las mandíbulas fuertes y los pómulos algo hundidos. Tiene el cabello negro, que siempre lleva rapado por una cuestión de comodidad e identificación con su banda. Su mirada es intensa, penetrante, con ojos de un verde oscuro custodiados por tupidas cejas negras que no hacen más que realzar esa intensidad. Nariz recta, roma, y labios delgados que suele mantener apretados en una fina línea. Posee barba de un par de días y un piercing en la oreja izquierda.

Su ropa habitual es de color negro y con un estilo algo urbano. A veces usa camisetas sin mangas que dejan al descubierto sus trabajados bíceps por las pesas de prisión, o la anchura natural de sus hombros. En el derecho se puede ver una gran cicatriz, producida por una bala que le desgarró el músculo y la piel cuando tenía quince años.

Por otro lado, como dato anexo, tiene el cuerpo lleno de tatuajes. La mayoría son símbolos que indican su perteneciencia y escala elevada dentro de su banda.




Descripción psicológica:

Kenneth es el peligro en su máxima extensión de la palabra. Lo primero que cabe destacar de él es que es una persona que no se frena ante nada ni nadie; cuando se le mete algo en la cabeza, por retorcido que sea, hará cualquier cosa para llevarlo a cabo, y arrasará a quien se le ponga por en medio. Para él los objetivos lo son todo, sean de trabajo o personales. De una inteligencia soberana y diabólica, es retorcido, cruel, insensible del dolor ajeno, encarnando el modélico criminal de mente fría. También es declaradamente sádico, así que no hay cosa que disfrute más que ver el terror en unos ojos ajenos; y cuanto más débil es la presa, más lo disfruta. Puedes tratar de encontrar algo bueno dentro de él, de sacar el niño que, quizás, aún vive en él... pero ten por seguro será difícil porque, como el propio Kenneth dice más de una vez, su interior ahora mismo está podrido y corrompido por las ansias de poder.

• Historial •
Historia:

La vida de Kenneth no tenía que haberse torcido de este modo. No nació en un barrio marginal, no creció entre delincuentes, no había motivos para que terminase tirando por la borda sus posibilidades de esta forma. Pero lo cierto es que lo hizo.

Fue hijo segundo de la familia Eastman, un hogar de clase media que, si quizás no tenía todo el calor que Kenneth necesitaba, como mínimo le proporcionaban un apoyo mudo. Creció junto con su hermano mayor, Bryan, a quien en sus primeros años adoraba. Estaban muy unidos y Bryan tenía una feroz necesidad de protegerle, así que Kenneth en ningún momento se sintió desamparado a su lado. Pero por otro lado, otro sentimiento muy distinto empezó a nacer en su interior: Bryan siempre era el centro de todo, el hermano perfecto, el hijo perfecto, el estudiante perfecto. Cuidaba de él y le daba cariño, sí, pero por otro lado también le absorbía y asfixiaba con sus órdenes, su protección o su necesidad de tenerle bajo control. Y para cuando se quiso dar cuenta, Kenneth había desarrollado un profundo rencor por su hermano mayor.

Pero era débil. Vulnerable de su culpabilidad. Y eso impidió que en ningún momento se mostrase abiertamente enfadado con él por miedo a su reacción. Aguantó todas y cada una de sus órdenes, el modo como se anteponía por delante de los dos, el modo como le dejaba siempre a él a la sombra. Y probablemente habría muerto de ira contenida si no fuera que encontró una vía de escape fuera de casa: una banda.

Se unió a la banda cuando tenía diez años, siendo al principio el novatillo de turno, y empezando a escalar posiciones conforme crecía. Tuvo su primer contacto con el tabaco, el alcohol y las drogas a los doce años, todo en una misma noche, y poco le faltó para sufrir un coma etílico. Pero eso no era todo: empezó a ausentarse demasiado en casa, a faltar a clase, y sus notas cayeron en picado. Evitaba a sus padres para evitar represalias, y evitaba a su hermano por motivos obvios.

Y para cuando se quiso dar cuenta, lo había echado todo a perder.

Un día, con quince años, regresó a casa y se sorprendió de ver que no había nadie allí. Sin embargo, conforme fue revisando el hogar empezó a ver cosas que no estaban del todo bien: había suciedad por todos sitios, botes con pastillas desparramados por el baño, espejos rotos en la habitación de sus padres... y finalmente halló a su madre en el sótano, con una soga alrededor del cuello. Y una escueta nota de suicidio a sus pies explicaba el motivo: Kenneth. Kenneth, que había desaparecido de su vida sin dar explicación. Kenneth, que estaba segura que había caído en las drogas. Kenneth, a quien echaba tanto de menos.

Pero la cosa no quedó ahí, y cuando salió del sótano se topó con la segunda persona de su familia que esperaba encontrar: su padre. Tenía el rostro demacrado y barba de varios días, y en aquel momento le apuntaba con una escopeta de caza. Gritó, despotricó. Le acusó de ser el causante de la muerte de su mujer, de ser un asesino. Kenneth estaba tan impactado que apenas pudo pronunciar palabra, y ante su silencio, el hombre disparó. A su propio hijo.

No llegó a matarle, sólo le hirió gravemente en el hombro. Bryan acudió a tiempo para evitarlo, apartando de un empujón a Kenneth. Luego él simplemente perdió la consciencia, y cuando despertó estaba solo. Comprendió que había perdido su hogar, y esta vez para siempre.

Sólo le quedaba algo en pie: su familia de la banda.

Desde entonces Kenneth ha llevado la vida de cualquier criminal, ya que es la única que conoce. Ha cometido robos, secuestros, violaciones, incluso algún que otro asesinato, todo por el trabajo. Ha estado en prisión tres veces, la mayoría por delitos menores, y ahora mismo se encuentra en Seattle bajo libertad condicional... y sobra decir que no ha abandonado sus viejos hábitos, así que es alguien con quien hay que andarse con cuidado.


Familia: Adam Eastman, padre. Policía retirado, 61 años. Vivo.
Susan Randall, madre. Ama de casa. Muerta por suicidio a los 48 años, hace ya siete años.
Bryan Randall Eastman, hermano. Policía en servicio, 26 años. Vivo.

• Otros •
Hobbies: sus trabajos le dejan poco tiempo para hobbies. Quizás alguna vez le encuentras escuchando rap a través de un iPod o jugando a baloncesto, pero eso será todo.

Agrados: la calle y las personas que la conforman; cree que ahí se encuentra la teoría de la evolución de Darwin en su máxima esplendor y, por lo tanto, que le favorece más a él. La noche, el dinero, el juego sucio, la droga, el sexo. Las chicas inocentes.

Desagrados: que las personas traten de compararse con él; es bastante narcicista en este aspecto. Las menciones a su situación familiar, y sobretodo a Bryan, su hermano mayor.

Manías: mirar fijamente a sus interlocutores, guardar silencio la mayor parte del tiempo, incluso cuando le preguntan algo directamente. Si no le apetece contestar, simplemente no lo hará.

Otros: ---